El periódico The New York Times recientemente hizo pública la información de que el presidente Obama había rechazado las opiniones de destacados abogados del gobierno cuando decidió que tenía autoridad legal para continuar la participación de las fuerzas armadas estadounidenses en Libia, sin autorización del Congreso. Obama sigue teniendo al Congreso en su contra en torno a los ataques que se están llevando a cabo contra Libia. El Presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, ha pedido a la Casa Blanca que aclare mejor el fundamento legal de la guerra en Libia o que se prepare para la suspensión de los fondos para la guerra. La semana pasada, un grupo de legisladores de ambos partidos presentó una demanda en la que acusaban al presidente Obama de violar la Ley de Poderes de Guerra de 1973. Para analizar los aspectos legales de la intervención militar estadounidense, hablamos con Glenn Greenwald, abogado constitucionalista y bloguero experto en temas políticos y legales de Salon.com. “La idea de que los presidentes pueden iniciar una guerra por su cuenta, sin autorización del Congreso, no solo viola la ley sino también la Constitución”, afirma Greenwald. “En teoría, cuando el presidente viola la ley y la Constitución, se trata de un delito que es motivo de destitución. Al mismo tiempo, hemos fijado un margen muy bajo de tolerancia para el incumplimiento flagrante de la ley por parte de los presidentes”.