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Una nueva investigación de Associated Press revela cómo, después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, el Departamento de Policía la ciudad de Nueva York decidió que no podía confiar en otras agencias para prevenir el terrorismo e inició la expansión de su propia inteligencia. En el proceso, se convirtió en “una de las agencias de inteligencia más agresivas a nivel nacional”. Se dirigía a las comunidades étnicas de manera tal que si fueran prácticas del gobierno federal se considerarían violaciones a las reglas de los derechos civiles. El informe titulado “Con la ayuda de la CIA, la policía de Nueva York se mueve de forma encubierta en las zonas musulmanas”, también considera que estas operaciones “se beneficiaron de ayuda sin precedentes de la CIA, una sociedad que ha borrado la línea entre el espionaje a nivel internacional y el espionaje a nivel nacional”. El informe detalla cómo la policía utilizó informantes, conocidos como “rastreadores de la mezquita,” para vigilar los sermones, aunque sin ninguna evidencia de mala conducta. También los Imanes, choferes de taxi y vendedores ambulantes de comida, puestos de trabajo frecuentemente realizados por musulmanes, cayeron bajo el escrutinio de la policía de Nueva York. Hablamos con Matt Apuzzo, co-autor del informe de investigación de Associated Press; también comenta sobre el tema Gadeir Abbas, abogado del Consejo de Relaciones Islámico-Estadounidenses.