Esta semana, la enorme compañía de alimentos Cargill ordenó el retiro de 16.3 millones de kilos de pavo molido del mercado, uno de los mayores retiros en la historia de EE.UU. El retiro se produjo después de que al menos una persona muriera por Salmonella y otras 76 resultaran enfermaras, luego de consumir productos derivados del pavo elaborados en la planta procesadora de Cargill en Springdale, Arkansas. Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, se trata del brote de una cepa de la bacteria conocida como Salmonella Heidelberg resistente a muchos de los antibióticos que se recetan comúnmente. A pesar de que el retiro se anunció esta semana, el brote se inició en marzo. Más de 3.000 personas mueren por año por intoxicación con alimentos en Estados Unidos y millones más se enferman. Los defensores de la seguridad alimentaria dicen que este último brote muestra cómo los recortes presupuestarios han dificultado la capacidad de las agencias de salud federales y estatales para proteger eficazmente la salud pública. Hablamos con Patty Lovera, directora adjunta del grupo de seguridad alimentaria Food & Water Watch. “Cuando el Congreso vuelva a sesionar en el otoño … con la modalidad recorte presupuestario para la que no hay nada realmente sagrado, debemos decirles que es inaceptable que hagan recortes presupuestarios de las inspecciones de seguridad alimentaria”, dice Lovera.