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Esta semana se cumplieron 40 años del día en que la policía del estado de Nueva York tomó por asalto la cárcel de Attica, Nueva York, poniendo fin a un motín organizado en protesta contra las condiciones inhumanas en esas instalaciones. El 13 de septiembre de 1971, el entonces gobernador de Nueva York Nelson Rockefeller ordenó que soldados armados del Estado tomaran la cárcel por asalto. Los soldados dispararon indiscriminadamente unos 2.000 cartuchos de munición. Murieron 39 hombres, 29 presos y 10 guardias. Cuando el ataque terminó, la policía golpeó y torturó a decenas de presos. Las grabaciones recientemente descubiertas revelan que el Presidente Richard Nixon apoyó con entusiasmo la violenta operación cuando habló por teléfono con Rockefeller el día del asalto. Rockefeller le confía a Nixon antes del asalto que pensaba que en esa operación podían morir unos 300 presos, pero de todos modos siguió adelante con la misma. En las grabaciones, Nixon analiza el componente racial del motín y lo describe como “básicamente una cosa de negros”. Nixon continuó diciendo erróneamente que todas las víctimas de la represión eran afroestadounidenses, restando importancia al carácter multi étnico de los líderes de Attica al momento del motín. Hablamos con Theresa Lynch historiadora de la Universidad de New Hampshire en Manchester, que ayudó a dar a conocer las grabaciones.