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Nuevas revelaciones sobre un líder regional respaldado por Estados Unidos en Afganistán plantean interrogantes sobre si, en su intento por derrotar a los talibanes, Estados Unidos violó sus propias leyes. La revista The Atlantic informa que Estados Unidos, tanto durante la presidencia de George W. Bush como la de Obama, apoyó activamente al jefe de la policía de Kandahar, general Abdul Raziq, a pesar de saber de su participación no sólo en hechos de corrupción y contrabando de drogas, sino también en graves violaciones a los derechos humanos, como torturas y asesinatos. Raziq ha sido una figura clave en la estrategia estadounidense de apoyar a líderes regionales afganos para que estos trabajen en estrecha colaboración con las fuerzas especiales de EE.UU. a fin de debilitar a los talibanes. Raziq fue ascendido a Jefe de la policía de Kandahar a principios de este año después de desempeñar un papel clave en el ataque apoyado por Estados Unidos contra los talibanes hace un año. A Raziq lo acusan de ser responsable de las torturas a dos adolescentes y del asesinato de 15 personas en 2006. De acuerdo con una investigación realizada por nuestro invitado, Matthieu Aikins, para la revista The Atlantic, Estados Unidos ha continuado apoyando a Raziq a pesar de estar al tanto “de que sobre Raziq y sus hombres pesan acusaciones creíbles de haber participado en una masacre de civiles a sangre fría”.