Más de 350 reclusos murieron esta semana en un incendio que arrasó una prisión sobrepoblada en Honduras. Fue el incendio ocurrido en una prisión que más muertes haya causado en el mundo en el último siglo. Entre los presos que murieron, la mayor parte nunca habían sido acusados formalmente, y mucho menos condenados. Honduras está plagada de corrupción judicial y narcotráfico galopante, y tiene la tasa de homicidios más alta del mundo, que según los críticos, ha empeorado desde el golpe militar de 2009, que derrocó a Manuel Zelaya. Hablamos con Dana Frank, profesora de historia en la Universidad de California, Santa Cruz, y corresponsal sobre temas de Honduras para la revista The Nation. “Esto no fue un desastre natural”, dice Frank. “Hubo dos incendios en cárceles similares a este en 2003 y 2004 [y] los informes indican que esto debería haber sido resuelto hace mucho tiempo.”