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En una nueva película, el psicólogo y director de cine Jan Haaken se integra a psicólogos militares en Afganistán y al entrenamiento que éstos reciben en la Base Conjunta Lewis-McChord, de donde procedía el presunto asesino estadounidense de civiles afganos. La base Lewis-McChord tiene antecedentes polémicos por problemas de salud mental, entre ellos altas tasas de suicidios, violencia doméstica y homicidios por parte de soldados. Fue también el lugar de donde procedía el famoso “equipo de la muerte”, un grupo de soldados que asesinaba a civiles afganos al azar y les cortaba los dedos como trofeos. El próximo documental de Haaken, Mind Zone: Therapists Behind the Front Lines (Zona de la mente: psicólogos en la retaguardia), muestra los dilemas éticos que enfrentan los psicólogos que atienden a los soldados por traumas relacionados a la guerra en Afganistán. “Las fuerzas armadas se basaron principalmente en el trabajo de los psicólogos para mantener a la gente psicológicamente entera en zonas de guerra”, sostiene Haaken. “Pero los psicólogos deben demostrar que son multiplicadores de la eficiencia y la fuerza. En otras palabras, que pueden ayudar a los militares a sacar más provecho de sus fatigados recursos”.
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