El Vaticano amonestó al mayor grupo de monjas de Estados Unidos, por considerar que las mismas se centran demasiado en temas de justicia social, en lugar de hablar más sobre “temas de crucial importancia”, como el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo. En un informe publicado la semana pasada, los líderes de la iglesia acusaron a las monjas de estimular ideas “feministas extremas” y desafiar las enseñanzas de la iglesia sobre la homosexualidad y el sacerdocio exclusivamente masculino. Un arzobispo y dos obispos, todos ellos varones, fueron designados supervisores de las monjas. “Para mí, es muy desconcertante que nuestro trabajo con los pobres, que Jesús nos enseña en el evangelio, sea fuente de tal crítica”, sostiene la hermana Simone Campbell, directora del grupo católico NETWORK para la justicia social, que fue duramente criticado en el informe de la semana pasada. La amonestación se presenta como la “guerra contra las mujeres” y se convirtió en un tema clave en la campaña presidencial 2012. Algunas monjas católicas se opusieron a los obispos al apoyar la ley de reforma del sistema de salud y la medida que obliga al empleador a incluir los métodos anticonceptivos en el plan de salud, impulsadas por el gobierno de Obama. Campbell cree que el Vaticano apuntó al grupo de ellas porque apoyan la reforma del sistema de salud. “Les gusta cuando hacemos el servicio religioso solamente, pero sin ideas, ni preguntas, ni críticas”, afirma Campbell. “Es un verdadero desafío en una socidad política, cuando debemos hacer un análisis profundo y matizado para saber cuál es el camino a seguir en este tema, por el bien común”.
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