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Han pasado cuatro años de la crisis económica de 2008 y ningún alto ejecutivo de Wall Street ha sido enviado a la cárcel. “Estos ejecutivos sabían que podían decidir correr riesgos enormes e incluso romper leyes y no pagar ningún costo por ello, y eso fue lo que pasó”, afirma Glenn Greenwald, columnista del blog Salon.com y autor de “With Liberty and Justice For Some: How the Law is Used to Destroy Equality and Protect the Powerful” (Con libertad y justicia para algunos: cómo la ley es usada para destruir la igualdad y proteger a los poderosos). “No haberlos castigado por sus trasgresiones no sólo es muestra de una justicia farsante. El verdadero peligro es la señal que reciben los actores financieros más poderosos del mundo: que no corren riesgos de ser responsabilizados penalmente cuando cometen estos crímenes tan obvios”.