Los jubilados deberán pagar el costo de la caída de Detroit provocada por Wall Street y la renta perdida

Un juez federal aprobó la presentación de Detroit a quiebra, medida que pone a la ciudad en el camino hacia la recuperación financiera, pero amenaza el sustento de miles de empelados municipales. En una decisión histórica que podría atentar contra los beneficios de los jubilados de todo el país, el juez federal Steven Rhodes emitió un fallo, según el cual la ley federal de quiebras puede prevalecer ante las leyes del estado que protegen las jubilaciones de los empleados públicos. Eso abre la puerta para que Detroit haga importantes recortes a los beneficios en salud y jubilación que reciben los empleados de la ciudad. La ciudad enfrenta una deuda de unos $18 mil millones de dólares, de los cuales $3,5 mil millones representan pagos a jubilados. El Gerente de Emergencias de Detroit, Kevyn Orr, les dijo a los sindicatos que se preparen para “recortes importantes”, aunque no precisó detalles. Las jubilaciones de los trabajadores de Detroit están en el orden de los $19.000 dólares al año promedio. A fin de año, Orr presentará un “plan de ajuste” en un tribunal de quiebras en el que aclarará cuántas jubilaciones se recortarán. El plan también puede incluir la “venta urgente” de los bienes de la ciudad y la entrega de los servicios públicos y la colección del Instituto de Arte de Detroit a oferentes privados. La presentación a quiebra de Detroit marca un hito sombrío en lo que alguna vez fue la cuarta ciudad más grande del país, conocida como la ciudad de la industria automotriz, cuna de la clase media. Nos acompaña Wallace Turbeville, miembro de la organización Demos y ex ejecutivo del banco Goldman Sachs, que acaba de escribir en coautoría el informe La quiebra de Detroit. Turbeville sostiene que los problemas de Detroit se originan, no en sus pasivos sino en la caída de la renta pública y la participación en perjudiciales estratagemas de Wall Street.