La soldado Kimberly Rivera —objetora de consciencia embarazada y madre de cuatro niños— acaba de ser condenada a la cárcel militar por negarse a prestar servicio en la guerra en Irak. Rivera tuvo dos semanas de licencia en diciembre de 2006, momento en que decidió no regresar a Irak a prestar servicio por segunda vez. Ella y su familia huyeron a Canadá en febrero de 2007, donde vivieron hasta que fueron deportados a EE.UU. el año pasado. El lunes, una corte militar la condenó a pasar 10 meses tras las rejas. Su quinto hijo va a nacer en diciembre. Nos acompaña Mario Rivera, esposo de Kimberly y principal sostén de sus cuatro hijos pequeños. También está con nosotros James Branum, abogado que representa a Kimberly y a decenas de otros objetores de consciencia.