Entre los actos que se realizan hoy en todo el mundo por el Día del trabajador está la marcha de miles de trabajadores en Bangladesh en demanda de seguridad en el lugar de trabajo, luego del derrumbe de una fábrica ocurrido la semana pasada que dejó un saldo de más de 400 muertos y 150 desaparecidos. El derrumbe es considerado el accidente más trágico de la historia de la industria de la indumentaria y fue el tercer accidente industrial ocurrido en Bangladesh en el término de cinco meses. La justicia de ese país detuvo al dueño del edificio y congeló los bienes del dueño de las cinco fábricas de indumentaria que funcionaba dentro del edificio. Según se informa, la mayoría de los trabajadores ganaban un salario anual promedio de treinta y ocho dólares al mes —aproximadamente 21 centavos de dólar por hora— por confeccionar ropa para una cantidad de empresa de occidente. Nos acompaña el activista a favor de los derechos de los trabajadores, Charlie Kernaghan, director de la organización Institute for Global Labour and Human Rights. “Las empresas se esconden detrás de estos falsos códigos de conducta que no significan nada. Lo que los trabajadores quieren son derechos legales”, sostiene Kernaghan. “Debemos ponernos de pie y simplemente decir ‘Pueden traer todo lo que quieran a EE.UU., pero no traigan nada confeccionado con trabajo infantil ni tampoco si a los trabajadores se les negó el derecho a organizarse’. La mejora que le daría al movimiento de los trabajadores de Bangladesh sería enorme”.
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