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El gobierno de Obama ha admitido por primera vez que los ataques con aviones no tripulados han matado a cuatro ciudadanos estadounidenses en el extranjero. Tres de ellos murieron en Yemen: el clérigo musulmán Anwar al-Awlaki, su hijo Abdulrahman al-Awlaki, de 16 años, y Samir Khan. El cuarto, Jude Kenan Mohammad —cuya muerte no había sido informada anteriormente— fue asesinado en Pakistán. En una carta al Congreso, el Fiscal General, Eric Holder, sugirió que, excepto el ataque contra el anciano al-Awlaki, todas fueron muertes accidentales y que los otros tres “no habían sido identificados específicamente como blancos de ataque”. Esta admisión por parte del gobierno se dio justo en la víspera de un importante discurso presidencial, en el que se espera que Obama defienda el programa de asesinatos selectivos secretos y anuncie las modificaciones en las directrices para su implementación. Nos acompaña Jeremy Scahill, autor del libro “Dirty Wars: The World is a Battlefield” (literalmente Guerras sucias: el mundo es un campo de batalla) y co-productor del documental con el mismo nombre, de próximo estreno.