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En un informe exclusivo, Nasser al-Awkali habla por primera vez desde que el gobierno de Obama confirmara que un avión no tripulado había matado a cuatro ciudadanos estadounidenses, entre ellos su hijo, Anwar, y su nieto adolescente, Abdulrahman. El religioso Anwar al-Awlaki fue asesinado el 30 de septiembre de 2011 en Yemen. El hijo de Anwar de 16 años de edad fue asesinado en otro ataque con aviones no tripulados dos semanas después. “Si el gobierno de Estados Unidos me hubiera dado pruebas concretas contra Anwar, yo habría hecho lo posible para convencer a Anwar de que viniera a Sanaa o incluso que fuera a Estados Undios a responder ante la justicia. Pero solo fueron acusaciones”, sostiene al-Awkali y destaca que considera que Estados Unidos podria haber capturado vivo [a su hijo] fácilmente. También hablamos con el tío de Anwar, Saleh bin Fareed, jeque yemení y líder tribal. “Estoy seguro de que yo podría haberlo entregado, yo y mi familia, pero ellos nunca, jamás nos pidieron que lo hiciéramos”, afirma Fareed. La historia de la familia al-Awkali aparece de manera destacada en un nuevo documental que se estrena hoy, “Dirty Wars: The World Is a Battlefield” (literalmente Guerras sucias: el mundo es un campo de batalla), dirigida por Richard Rowley y escrita por Jeremy Scahill y Danid Riker.