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Treinta activistas de Greenpeace permanecen encarcelados en Rusia —y posiblemente sean acusados de piratería—, luego de haber intentado abordar la primera plataforma petrolera rusa de altamar en el mar Ártico. Varios de los activistas serán indagados hoy por un tribunal ruso. Si las amenazas de los fiscales de acusarlos de piratería se hacen realidad, se enfrentan a una condena de hasta 15 años de prisión. Nos acompaña el Director Ejecutivo de Greenpeace Internacional, Kumi Naidoo, que el año pasado participó en una acción similar contra la extracción petrolera en el Ártico. “Se trata de un uso desproporcionado de la autoridad del Estado para intentar silenciar las importantes conversaciones que necesitamos tener a nivel global”, dice Naidoo. “Estamos llegando a un punto de inflexión a nivel climático. El Ártico sirve como refrigerador y aire acondicionado del planeta y, en lugar de ver lo que sucede en el mar Ártico en los meses de verano como una señal de advertencia, de que tenemos que tomar medidas serias para combatir el cambio climático, lamentablemente las empresas petroleras de Occidente como Exxon, Shell y otras se están asociando con el Estado ruso para intentar extraer hasta las últimas gotas de petróleo en el medio ambiente más frágil, remoto y riesgoso para realizar esas actividades”.