La planta de Freedom Industries donde sucedió del derrame de sustancias químicas en Virginia Occidental está a menos de dos kilómetros por el río de la planta de tratamiento de agua más grande del estado, propiedad de American Water. Además del peligro evidente para la fuente de suministro de agua potable del 16 por ciento de los residentes de Virginia Occidental, el derrame puso al descubierto importantes fallas en la forma en que el estado regula las sustancias químicas peligrosas utilizadas en la minería y el procesamiento del carbón, su principal industria. La sustancia química derramada, el 4-methylcyclohexanemethanol (MCHM crudo), no tiene un protocolo de supervisión estrecha ni a nivel federal ni estatal. Desde 1991, ningún inspector ambiental había visitado las instalaciones de Freedom Industries. De acuerdo a las leyes de Virginia Occidental, las instalaciones de almacenamiento de sustancias químicas ni siquiera son objeto de inspección. La planta tampoco tenía plan de protección de las aguas subterráneas. Hablamos con Mike Elk, periodista especializado en cuestiones laborales que trabaja para la revista In These Times. Elk ha investigado ampliamente la regulación sobre sustancias químicas en Estados Unidos y ha hecho cobertura de varios casos, entre ellos, la explosión en una planta de fertilizantes en West, Texas, donde 15 personas murieron el año pasado. También nos acompaña, desde Virginia Occidental, Erin Brockovich, la reconocida ambientalista y defensora de los derechos de los consumidores.