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El miércoles, Bill de Blasio asumió su mandato como alcalde de la ciudad de Nueva York con la ambiciosa promesa de ocuparse de la desigualdad de ingresos en la ciudad más grande de EE.UU. De Blasio asumió el cargo luego de dos arrasadoras victorias el año pasado, primero, en las primarias del partido Demócrata y, luego, en las elecciones generales, con una propuesta progresista. En su discurso de asunción, de Blasio hizo énfasis en su promesa de campaña de terminar con lo que él denominó “esa historia de las dos ciudades”, en referencia a la creciente división entre pobres y ricos. “Los neoyorquinos verán la ciudad no como el ámbito exclusivo del uno por ciento [más rico], sino como un lugar donde todos los días la gente pueda vivir, trabajar y tener una familia”, dijo de Blasio. “No vamos a esperar. Lo haremos ahora”.