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Entre los invitados por la primera dama, Michelle Obama, al discurso presidencial emitido anoche sobre el estado del país, había un activista de la organización DREAM. Cristian Ávila de 33 años de edad había hecho un ayuno durante 22 días en reclamo de una reforma migratoria, como parte de la campaña “Fast for Families” (Ayuno por las familias) que tuvo lugar en el National Mall de Washington. Pero Obama no hizo referencia a Ávila y sólo le dedicó un breve párrafo al tema de la inmigración. “Es la misma retórica que hemos escuchado en los últimos cinco años”, afirma Lorella Praeli, directora de defensa y política de la coalición United We Dream. “Pensamos que no tenemos que permitirle al presidente ninguna deportación y no tenemos que dar más espacio a los republicanos en temas de inmigración tampoco. Estuvimos esperando y luchando para que se haga algo. Los comentarios del presidente podrían haber sido más profundos y podrían haber fijado algunas pautas legislativas también”.