Relacionado
A principios de este mes, el Secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, afirmó que ese país no intervendría para impedir que el grupo Estado islámico tomara Kobani porque dicha ciudad turca de mayoría kurda no era un “objetivo estratégico”. Pero mientras las cámaras de noticias en la frontera turco siria mostraban cómo los combatientes del grupo Estado islámico atacaban la ciudad a la luz del día, la coalición liderada por Estados Unidos respondió con la mayor parte de los ataques aéreos de su campaña siria. Esta coalición también empezó a arrojar armamentos y ayuda desde el aire a los kurdos sirios, medida que había resistido durante semanas. Ahora Turquía afirma que abrirá la frontera con Siria, para permitir que los combatientes kurdos iraquíes se sumen a la lucha. El gobierno turco se había opuesto a ayudar a los kurdos sirios en Kobani por los vínculos que estos tenían con el enemigo eterno de Turquía, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán PKK). Para ayudarnos a aclarar este complicado panorama, nos acompaña el profesor de derecho internacional de larga trayectoria y ex relator especial para la ONU, Richard Falk, que acaba de estar cuatro meses en Turquía.