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El Papa Francisco se convirtió este año en un diplomático destacado al tener un papel clave en el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos; además, los presidentes de ambos países lo nombraron expresamente y agradecieron su apoyo. A principios de este mes, el Papa le ofreció ayuda a Estados Unidos con otro problema diplomático: el intento de cerrar la cárcel de Guantánamo. Según se informa, el Vaticano ofreció ayuda para encontrar soluciones humanitarias adecuadas mediante sus contactos internacionales. Hablamos con Austen Ivereigh, cuya nueva biografía sobre el Papa detalla estos logros y el pedido del pontífice a la Iglesia Católica de “crear oportunidades aun más amplias para una presencia femenina más incisiva”, aunque él no llegó a aceptar la ordenación de las mujeres al sacerdocio. Ivereigh también examina los últimos pasos dados por el Papa Francisco en el reconocimiento de la importancia de la teología de la liberación en América Latina, la que fue atacada durante décadas por el Vaticano por su orientación socialista.