Los periodistas Glenn Greenwald y Laura Poitras viajaron a Estados Unidos por primera vez desde que denunciaron las enormes operaciones de vigilancia desplegadas por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA). El viernes en la ciudad de Nueva York, recibieron el premio George Polk por sus informes sobre la NSA. Durante los últimos diez meses, Poitras y Greenwald han tenido un papel clave en el informe sobre la enorme cantidad de documentos filtrados por Edward Snowden. Se les sumaron otros colegas como Ewen MacAskill del periódico The Guardian y Barton Gellman del Washington Post, con quienes compartieron el premio. En los discursos que dieron al aceptar el premio, Poitras y Greenwald homenajearon a su fuente. “Cada uno de estos premios confirma aún más que lo que hizo Snowden al dar un paso al frente fue absolutamente correcto y merece gratitud, no acusación ni décadas en la cárcel”, afirmó Greenwald. “Ninguno de nosotros estaría acá […] sin alguien no hubiera decidido sacrificar su vida para que esta información estuviera disponible”, afirmó Poitras. “Por lo tanto este premio en realidad es para Edward Snowden”.
Transcripción
AMY GOODMAN: Hace diez meses, Laura Poitras y Glenn Greenwald volaron de Nueva York a Hong Kong para encontrarse con el denunciantes la Agencia de Seguridad Nacional Edward Snowden. Desde entonces, han publicado un número de historias que exponen la NSA y el estado de vigilancia nacional. Poitras y Greenwald no habían regresaron a Estados Unidos hasta el pasado viernes, cuando volaron desde Berlín a Nueva York para recibir el premio George Polk por sus reportes sobre Seguridad Nacional. Volaron sin saber si iban a ser detenidos o citados por el gobierno de EE.UU. En enero, el director de Inteligencia Nacional, James Clapper, describió a los periodistas trabajando en las historias de la NSA, y cito, como “cómplices” de Snowden. En febrero, el congresista republicano Mike Rogers, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara, acusó a Glenn Greenwald de vender bienes robados al reportar las historias sobre los documentos de la NSA. Greenwald y Poitras fueron acompañados en su viaje por un abogado de la ACLU, un periodista alemán y el compañero de Glenn Greenwald, David Miranda. El año pasado, Miranda fue detenido durante nueve horas en el aeropuerto Heathrow de Londres bajo la ley de anti-terrorismo. En la ceremonia de los premios George Polk en la ciudad de Nueva York el viernes Poitras y Greenwald estuvieron acompañado por sus colegas, Ewen MacAskill de The Guardian y Barton Gellman del Washington Post, quien compartió el premio con ellos. A continuación vamos a escuchar a Laura Poitras, seguida de Glenn Greenwald, en sus discursos de aceptación.
LAURA POITRAS: Realmente me siento muy honrada de estar aquí y estoy muy agradecida con el comité de los premios Polk por darme una buena excusa para regresar a casa. Esta es la primera vez que he estado en mi país desde que me subí a un avión con Glenn y Ewen para ir a Hong Kong y así que es realmente espectacular estar aquí. Y también es muy desorientador. En mayo pasado, ya sabes, el terreno que veíamos estaba lleno de incertidumbre, riesgo y preocupación, así que es realmente extraordinario estar aquí y recibir este premio. Pero creo que es importante también que recordemos que cuando hacemos estos reportajes, los periodistas asumen riesgos enorme, y especialmente las fuentes, y en el caso de Snowden, poniendo su vida en peligro, literalmente, para compartir esta información con el público, no sólo el público estadounidense, también con el público internacional.
Y quiero decir algo sobre trabajar con Glenn y Ewen. Nunca se sabe muy bien cómo van a responder las personas ante los riesgos, solo hasta que usted se enfrenta con ellos. Esperas resistir y que os vayáis a proteger unos a otros, y que esas serán las personas que van a protegerte y va llevarte de regreso a casa seguro. Y sólo quiero decir que este premio no hubiera sido posible sin su coraje y su valentía reportando a cada paso del camino. Y, como dijo Ewen, no habíamos probado a trabajar juntos. Cada uno teníamos nuestras áreas de especialización, pero nos montamos ese avión sin haber trabajado juntos, pero trabajamos juntos en una forma que fue realmente extraordinario, y voy para siempre estar unida a ellos.
Ninguno de nosotros estaría aquí… Bart, Ewen, Glenn, The Washington Post, The Guardian, The New York Times, todas las personas a las que se les está ofreciendo estos premios, sin el hecho de que alguien decidió sacrificar su vida para hacer esta información disponible. Él no es la primera persona que ha sacrificado su vida, pero él vino con información que nos permite saber lo que realmente está sucediendo. Y es por lo que este premio es realmente para Edward Snowden. Gracias.
GLENN GREENWALD: En primer lugar, muchas gracias al comité de Polk y a la Universidad de Long Island por este premio. Los reportajes que hemos hecho han recibido un gran apoyo y una gran cantidad de elogios pero también han recibido algunas críticas muy intensas sobre todo en Estados Unidos y Reino Unido. Por lo que ser honrado y reconocido por nuestros colegas periodistas de esa manera, hablando por mi al menos… significa muchísimo. También estoy muy honrado de poder compartir el premio con la gente que yo llamo mis colegas periodistas, que están en la tarima aquí conmigo, la gente que James Clapper llama “cómplices”. Ya sabes, lo que realmente es cierto es que la historia no se hubiese podido contar sin una numerosa cantidad de personas, comprometidas a contarla, involucradas en cada paso del camino.
Y, finalmente, estoy muy feliz de ver una mesa llena de los editores y periodistas de The Guardian, cuyo papel en esta historia fue mucho más esencial de lo que públicamente se ha reconocido. Quiero decir que creo que es fácil mirar hacia atrás ahora y pensar que esto es una historia periodística muy importante y pensar que cualquier editor o periódico simplemente se adentrarían directamente en ella y querrían contar agresivamente la historia, pero en realidad no sería cierto. En aquellos primeros días de Hong Kong, había todo tipo de grandes signos de interrogación sobre la fuente, el material, la responsabilidad legal, la reacción política. Y estoy muy feliz de haber sido parte de una institución como The Guardian llena de profesionales, con increíbles e intrépidos editores y reporteros. Ewen nombró a algunos de ellos, muchos de ellos, pero sin duda los que encabezan la lista son Janine Gibson, Stuart Millar y Alan Rusbridger, que realmente nunca dudaron, no sólo nos lo permitieron, sino que incluso nos empujaron y nos animaron a seguir con la historia en lo posible, sin miedo y agresivamente. Y realmente creo que estos reportajes no hubieran sido posibles, al menos en la forma en que yo pensaba que debería suceder, si no hubiera sido por The Guardian. Así que ciertamente los considero una parte esencial de este premio.
Sólo un punto final, cuando estábamos en Hong Kong, de hecho pasamos, obviamente, una gran cantidad de tiempo hablando de las políticas de vigilancia y los documentos, pero también pasamos por lo menos el mismo tiempo, si no más, hablando sobre los medios de comunicación y el periodismo. Y en parte, eso fue porque sabíamos que el modo en que los medios tratarían esta historia sería una parte importante… del impacto que iba a tener; de algún modo sabíamos que eso era porque el debate que esperamos desencadenar no sólo era sobre vigilancia, sino sobre el papel que le corresponde al periodismo, y la relación entre los medios y el gobierno u otras facciones que ejercen un gran poder. Pero también sabíamos que estábamos haciendo estos reportajes en el contexto de lo que ya era algunas amenazas muy graves para el proceso de recopilación de noticias, en cuanto a los ataques sin precedentes contra los denunciantes por el gobierno de Obama, así como la controversia que había sucedido literalmente semanas antes de comenzar la edición, que fue el asunto de los correos electrónicos y registros telefónicos de los periodistas y editores de AP, y luego declarando formalmente a James Rosen de Fox News, y cito, un “co-conspirador” por haber hecho lo que hacen los periodistas todos los días, que es trabajar con su fuente para reunir información que el público debe saber. Y creo que es importante reconocer cómo se intensificaron esas amenazas en los últimos nueve o diez meses.
Hay muchas maneras de intimidar a los periodistas. Usted puede encarcelar en masa, pero también hay otras maneras de hacerlo. Llamando a los periodistas que trabajan en historias “cómplices”, o tener poderosos presidentes de comités acusando específicamente a periodistas de ser criminales y buscando su procesamiento, o teniendo grandes figuras de los medios debatiendo abiertamente si debemos ser procesados, esa es una manera de intensificar ese clima de miedo, como es la detención de mi compañero o entrar a la sala de redacción de The Guardian y obligarlos a destruir los computadores portátiles. Y creo que, en última instancia, la única manera de lidiar con ese tipo de amenazas es simplemente hacer lo la reportajes de manera tan agresiva, si no más, de como lo habríamos hecho en ausencia de dichas amenazas. Y siento que todos los periodistas que participaron en esta historia han hecho eso, y estoy muy orgulloso de haber trabajado con muchos que lo hicieron.
Por lo que, finalmente, creo que el periodismo en general, es imposible sin fuentes valientes. Sé que nuestro periodismo, en particular, habría sido imposible sin la increíble valentía de Edward Snowden. Y es realmente notable que los reportajes que hemos hecho han ganado todo tipo de premios, no sólo en Estados Unidos, sino en todo el mundo, y, en particular, ha recibido un gran apoyo, una increíble cantidad de elogios de países de todo el mundo y todo tipo de premios, y el hecho de que por el acto llamar la atención del mundo sobre este sistema de vigilancia masiva que se había construido en la oscuridad, él ahora esté en peligro de, literalmente, décadas en prisión, probablemente el resto de su vida, como resultado de lo que el gobierno de Estados Unidos está haciendo, creo que es realmente odioso e inaceptable. Y espero que, como periodistas, nos demos cuenta de lo importante que es no sólo para defender nuestros propios derechos, sino también los de nuestras fuentes como Edward Snowden. Y creo que cada uno de estos premios sólo proporciona una mayor defensa que lo que hizo al salir a la luz era absolutamente lo correcto y recibirá méritos y gratitud, no acusaciones y décadas en prisión. Muchas gracias.
AMY GOODMAN: Los periodistas Glenn Greenwald y Laura Poitras, dando sus discursos de aceptación en la ceremonia de George Polk Awards en Nueva York el viernes. Los premios George Polk, entre los más prestigiosos del periodismo.
Traducido por Glenda Rosado, editado por Igor Moreno, Elia Gran y Democracy Now! en Español. Subtítulos por Tania Mota.