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A través de un grupo secreto denominado Consejo Estadounidense de Intercambio Legislativo (ALEC), los multimillonarios hermanos Koch impulsaron una serie de leyes que benefician a las grandes empresas y los intereses de los sectores de derecha. Un documento interno muestra que ALEC está siguiendo 131 proyectos de ley que, entre otros temas, buscan reducir los estándares de energía renovable, combatir las regulaciones federales del carbón y promocionar el oleoducto de arenas alquitranadas Keystone XL. Los esfuerzos de ALEC acaban de darle beneficios en Oklahoma, donde la gobernadora Mary Fallin firmó una medida que autoriza a las empresas de servicios públicos cobrarles a los clientes que generan energía a partir de paneles solares o pequeñas turbinas a viento. El triunfo de ALEC en Oklahoma se produce mientras en Wisconsin un juez federal acaba de declarar ilegal una ley de identificación del votante, al sostener que la misma está dirigida de manera injusta a las personas pobres y las minorías étnicas. ALEC fue puesto en evidencia como la usina secreta de las leyes de identificación del votante y otras iniciativas de derecha en todo el país, gracias —en gran medida— a los informes de nuestra invitada, Lisa Graves, presidente de la revista The Progressive que acaba de fusionarse con el Centro de Estudios sobre Medios de Comunicación y Democracia.