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Uno de los grandes misterios de la cárcel militar estadounidense ubicada en la bahía de Guantánamo [en Cuba], es la muerte de tres prisioneros, dos de Arabia Saudita y uno de Yemen, la noche del 9 de junio de 2006. Las autoridades de Guantánamo dijeron que los tres hombres, Yasser Talal al-Zahrani, Salah Ahmed al-Salami y Mani Shaman al-Utaybi, se habían suicidado. El comandante de Guantánamo, contraalmirante Harry Harris, describió las muertes como “una acción de guerra asimétrica implementada contra nosotros”. Pero nuevas y explosivas pruebas demuestran que es posible que se haya encubierto el verdadero motivo de la muerte de los hombres. Las páginas del Servicio de Investigación Penal Naval descubiertas hace poco sugieren que los hombres no se suicidaron, sino que murieron como resultado de la tortura. Las nuevas pruebas incluyen la declaración de un testigo que vio al-Zahrani la noche de su muerte, lo que indica que pudo haber muerto por tortura y asfixia durante el interrogatorio en un lugar secreto de dicha cárcel, conocido como Camp No o Penny Lane. Scott Horton, editor de la revista Harper’s fue el primero en plantear dudas acerca de lo ocurrido esa noche, en una investigación publicada en 2010 que ganó el premio National Magazine Award for Reporting. Horton acaba de dar a conocer más detalles de las muertes, para un nuevo artículo de Harper’s, “The Guantánamo 'Suicides' Revisited’” (Re-examinando los “suicidios” de Guantánamo). Abogado de derechos humanos y profesor de la Facultad de Derecho en la Universidad de Columbia, Horton es autor del libro “The Lords of Secrecy: The National Security Elite and America’s Stealth Foreign Policy” (Los señores del secreto: la elite de la seguridad nacional en la sigilosa política exterior estadounidense), de próxima publicación.