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El año pasado, Dara Lightle y su hija Madelaine de nueve años se convirtieron en “refugiadas por el uso de marihuana”, cuando se mudaron de Virginia a Colorado. En ese momento, Madelaine padecía de cientos de convulsiones al día. Los médicos en Virginia le recomendaron una cirugía de cerebro. Después, Dara se enteró de que se hacían tratamientos con aceite de cannabis a niños que padecían enfermedades similares a las de su hija. El aceite funcionó. Pero como era considerado una droga ilegal en gran parte del país, tuvieron que mudarse a Colorado donde es legal, para continuar con el tratamiento. Según el periódico Colorado Springs Gazette, por lo menos 115 “familias refugiadas por el uso de marihuana” provenientes de 43 estados dejaron sus trabajos, sus hogares y sus familias con el objeto de conseguir el aceite de cannabis para tratar distintos tipos de problemas de salud. Desde Denver se comunican con nosotros Dara y Madeleine.