Bowe Bergdahl, el último prisionero estadounidense de la guerra en Afganistán del que se tenía conocimiento, fue liberado en un intercambio de prisioneros con los talibanes cinco años después de su captura. Bergdahl fue capturado después de que –según se informa- abandonara la base desarmado. Se dijo que había dejado una nota en la que expresaba que estaba desilusionado con el ejército, que no apoyaba la misión estadounidense en Afganistán y que se iba para empezar una nueva vida. Los padres de Bergdahl, Bob y Jani, revelaron por primera vez que su hijo estaba siendo objeto de negociaciones para un intercambio de prisioneros, hace tres años cuando las conversaciones entre EE.UU. y los talibanes se interrumpieron. Antes de la liberación de su hijo, Bob Bergdahl habló con el periodista Sean Smith del periódico The Guardian en una entrevista exclusiva filmada en la zona rural de Idaho donde vive la familia. “Nadie puede comprender a los prisioneros de Guantánamo más que nuestra familia, porque es la misma cosa”, Bob Bergdahl le dijo a Smith. “¿Cómo es posible que tengamos un estándar tan alto de procesos judiciales para criminales de guerra horribles [durante la Segunda Guerra Mundial] y sin embargo ahora pueden pasar diez u once años sin que haya un proceso judicial? Eso está mal”.