Los talibanes publicaron un video en el que se ve el intercambio del sargento del ejército Bowe Bergdahl a las fuerzas de operaciones especiales de EE.UU. por cinco militantes talibanes de alto rango que estaban detenidos en la Bahía de Guantánamo, intercambio que se realizó como parte de un acuerdo. A pesar de que se logró la liberación del único prisionero de guerra estadounidense que se tenga conocimiento, el acuerdo fue atacado por los republicanos a raíz de los informes que indican que Bergdahl habría dejado la base voluntariamente tras haber cambiado de opinión sobre la guerra en Afganistán. Los oficiales del ejército afirman que investigarán si Bergdahl incurrió en un acto de mala conducta, mientras que varios de los soldados que fueron sus compañeros salieron a los medios a decir que es un desertor. “[Bergdahl] hablan como alguien que vio de primera mano cómo es la maquinaria imperial estadounidense […] y responde desde el un lugar visceral”, afirma James Branum, un abogado que se especializa en representar a desertores militares y objetores de conciencia estadounidenses. “Uno no puede evitar conmoverse por eso”. Branum agrega que la mayoría de los otros soldados condenados por deserción, entre ellos muchos de sus clientes, recibieron de 6 a 24 meses de cárcel. “[Bergdahl] ya estuvo de manera efectiva más tiempo en la cárcel que ningún otro soldado en la época moderna por deserción, mientras fue prisionero de guerra. Dada esa situación, no hay motivo para castigarlo.”