Indonesia ha atravesado una reñida elección presidencial. El recuento inicial de los votos da como ganador al gobernador de Yakarta, Joko Widodo, con una ventaja de varios puntos sobre el ex general del ejército Prabowo Subianto. Hasta el momento, Prabowo se niega a reconocer la derrota. Los resultados oficiales se conocerán recién después del 20 de julio. Recientemente, el periodista estadounidense Allan Nairn ha reportado que las fuerzas indonesias vinculadas a Prabowo llevaron a cabo una campaña para manipular las elecciones a su favor, que incluyó acciones como “falsificación de votos, violencia callejera y amenazas” contra sus rivales. Prabowo, que recibió entrenamiento militar de parte de Estados Unidos, está acusado de cometer asesinatos en masa cuando era jefe de las fuerzas especiales de Indonesia, en la década de 1990. El trabajo periodístico de Nairn sobre el accionar de Prabowo tuvo mucho peso durante la campaña electoral,
y esto llevó a Prabowo a presentar cargos penales contra él, acusándolo de incitar el odio contra el ejército indonesio. En comunicación con nosotros desde Indonesia, Nairn sostiene que si bien tiene también “generales asesinos” entre sus partidarios, Widodo podría ser más receptivo a los movimientos populares que demandan una reforma del sistema político corrupto del país, si ejercen la presión suficiente. “Es muy poco probable que [Widodo] responda con fuego a las manifestaciones, como el ejército indonesio ha hecho en el pasado, y como Prabowo indudablemente haría”, dice Nairn. “Su respuesta probablemente será sentarse con la gente, con la actitud de: 'Vamos a buscar una solución'.”