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El gobierno de Obama aumentó el sistema nacional de control de terroristas al aprobar amplios criterios en torno a quién está dirigido. Una copia filtrada de un manual secreto del gobierno revela que para ser considerado un “terrorista”, “no son necesarias pruebas irrefutables ni hechos concretos”. Se siguen las pistas tanto de sospechosos “conocidos” como de “presuntos” sospechosos; el terrorismo se define de manera tan amplia que incluye a gente acusada de daño a los bienes públicos como a los bienes de instituciones financieras. Otros factores que pueden justificar el agregado a la lista son los comentarios subidos en las redes sociales o tener un pariente que ya sea considerado un terrorista. Nos acompañan los periodistas de investigación Jeremy Scahill y Ryan Devereaux del sitio The Intercept. La semana pasada publicaron el documento estadounidense secreto junto con su nuevo artículo “The Secret Government Rulebook For Labeling You a Terrorist” (El manual secreto del gobierno para determinar si alguien es un terrorista).