Titulares29 de julio de 2014

Israel intensificó su ofensiva contra la Franja de Gaza, atacando más de 150 sitios durante la noche, entre ellos la única central eléctrica de Gaza. Los funcionarios de salud palestinos dicen que más de 110 personas han muerto en 24 horas, con lo que la cantidad de muertes palestinas supera las 1100; se ha informado que 53 soldados israelíes han muerto, entre ellos diez el lunes. El Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu advirtió de una “prolongada campaña” contra Hamas, incluso con el pedido de Naciones Unidas para poner fin inmediato a la violencia “en nombre de la humanidad”.

Entre los muertos del lunes hubo diez personas, ocho de ellas niños, que murieron en una explosión en un parque cerca de la playa, en el campo de refugiados de Shati de la ciudad de Gaza. Israel negó su responsabilidad, pero los testigos dijeron que la explosión provino de un ataque aéreo israelí. La tía de una de las víctimas dijo que cinco de los niños muertos pertenecían a la misma familia.

Faiza Abu Amira declaró: “Nuestros hijos estaban jugando en los columpios cuando un cohete los golpeó y los destrozó en el suelo, cinco hijos de la misma familia, todos muertos, uno de ellos mi sobrino. ¿Qué quiere Israel de nosotros para hacerle esto a nuestros hijos?”.

Continúan en todo el mundo las manifestaciones tanto de apoyo como de condena a las acciones de Israel en Gaza, incluido en la ciudad de Nueva York. El lunes, unos 10.000 partidarios del gobierno de Israel se reunieron cerca de Naciones Unidas. Entre los asistentes se encontraban algunos miembros de la delegación del Congreso de Nueva York, como el congresista demócrata Steve Israel, quien dijo que está enviando a la ONU una carta firmada por más de cien legisladores exigiendo que no investiguen a Israel por crímenes de guerra. Cerca de allí, un grupo de activistas por la paz judío-estadounidenses se reunieron para leer los nombres de los muertos en Gaza frente a la oficina de la Conferencia de Presidentes de las Mayores Organizaciones Judías Americanas, una coalición que reúne a unos 50 grupos judíos, entre ellos el poderoso AIPAC (Comité de Asuntos Públicos de Estados Unidos e Israel). Nueve personas fueron arrestadas después de sentarse en la entrada de la oficina de la coalición, entre ellas Joshua Leifer.

Leifer afirmó: “Parte de la historia del pueblo judío es ser víctima de la opresión; eso también significa que estamos obligados a luchar contra la opresión dondequiera que la veamos. Somos libres, tenemos un Estado judío, pero nuestra liberación no estará completa hasta que todos los demás estén liberados”.

Los combates en el este de Ucrania han impedido que un equipo de investigadores internacionales llegue al lugar del accidente del vuelo 17 de Malaysia Airlines por tercer día consecutivo. Según la agencia Reuters, al menos diecinueve civiles han muerto en el último episodio de violencia. Un recuento de la ONU del lunes mostró que cerca de 800 civiles han muerto desde mediados de abril, cuando Ucrania lanzó una ofensiva para expulsar a los rebeldes. Los últimos enfrentamientos se producen mientras Estados Unidos y la Unión Europea se preparan para imponer las sanciones más duras hasta la fecha contra Rusia por su apoyo a los rebeldes, a quienes acusan de derribar el avión con misiles suministrados por los rusos. Europa podría revelar sus sanciones contra las industrias financieras, tecnológicas y armamentistas de Rusia a partir de hoy. El Viceconsejero de Seguridad Nacional Tony Blinken afirma que Estados Unidos seguirá su ejemplo.

Blinken expresó: “Esperamos que la Unión Europea adopte esta semana medidas adicionales significativas  que incluyan sectores clave de la economía rusa. Por su parte, y en plena coordinación con Europa, Estados Unidos implementará también medidas adicionales. Nuestro propósito en este caso, repetimos, no es castigar a Rusia, sino dejar claro que debe poner fin al apoyo que brinda a los separatistas y dejar de desestabilizar a Ucrania”. 

En una nueva escalada de tensiones, Estados Unidos acusó a Rusia de violar un tratado de armas de los tiempos de la Guerra Fría, al probar un misil teledirigido lanzado desde tierra que estaba prohibido según el acuerdo de 1987. El periódico New York Times informa que Rusia comenzó a probar el misil ya desde 2008.

En Afganistán, un primo y aliado clave del saliente Presidente Hamid Karzai fue asesinado en un atentado suicida con bomba perpetrado en la sureña ciudad de Kandahar. Hashmat Karzai se desempeñó como gerente de campaña de Ashraf Ghani, uno de los dos candidatos de las reñidas elecciones presidenciales llevadas a cabo en Afganistán. Los resultados primarios muestran que Ghani fue el vencedor en las elecciones; sin embargo, su opositor, Abdullah Abdullah, reclama que hubo fraude, por lo que se lleva a cabo una auditoría con intermediación de Estados Unidos.

La noticia llega al tiempo que un reciente informe establece que el Pentágono no llevó a cabo un adecuado rastreo de cientos de miles de armas enviadas a Afganistán, lo cual suscita preocupaciones respecto a que las mismas podrían estar en manos de militantes. El informe emitido por el Inspector General Especial de Estados Unidos para Afganistán establece que en una base de datos, más de 200.000 armas, es decir el 43%, contenía información perdida o duplicada. Establece además que Estados Unidos proporcionó muchas más armas de las que Afganistán solicitó o necesitó.

En Siria, se ha denunciado la muerte de más de 2.000 personas en dos semanas, lo que constituye uno de los períodos más cruentos de los tres años de guerra civil. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres, informa que casi la mitad de los muertos son miembros de las fuerzas leales al régimen del Presidente sirio Bashar al-Assad. Las fuerzas de Assad se enfrentan a una creciente oposición por parte del Estado Islámico, un grupo extremista suní que ha tomado control de ciudades claves en Irak y que también se enfrenta a los rebeldes sirios moderados.
 

África Occidental se enfrenta al peor brote del mortal virus Ébola de la historia. Desde el pasado mes de febrero, más de 1.200 personas se han contagiado en Liberia, Sierra Leona y Guinea; 672 de ellas han fallecido. Liberia cerró sus fronteras, prohibió los funerales y otras grandes reuniones y evalúa la posibilidad de poner algunos barrios en cuarentena. Uno de los principales médicos de Liberia murió a causa del Ébola durante el fin de semana, y dos trabajadores de la salud estadounidenses que se encuentran en Liberia también han contraído el virus. Stephan Monroe, subdirector de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, confirmó los contagios en una conferencia de prensa.

Monroe expresó: “Dos ciudadanos estadounidenses trabajadores de la salud de un hospital de Monrovia, Liberia, han contraído el virus del Ébola. Uno de los trabajadores, un médico que trabajaba con pacientes con Ébola del hospital, presenta síntomas y se encuentra aislado. El otro trabajador de la salud ha tenido fiebre, pero no presenta otros síntomas de la enfermedad. En Estados Unidos no se han denunciado casos de Ébola y la posibilidad de que este brote se extienda más allá de África Occidental es muy baja”.

Un hombre proveniente de Liberia falleció a causa del Ébola el viernes en la ciudad nigeriana de Lagos, tras arribar allí por avión. Se trata del primer caso del virus que se registra en Nigeria, el país más poblado de África. El Ébola es altamente contagioso; no se conoce cura para este virus y puede llegar a causar la muerte de hasta un 90% de quienes lo contraen.