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Continúan las protestas en Ferguson, Missouri, por la muerte de Michael Brown, un adolescente afroestadounidense que fue baleado por la policía el sábado. Brown iba desarmado. El estado de ánimo en Ferguson cambió drásticamente en las últimas 24 horas. El miércoles a la noche, la ciudad parecía una zona de guerra mientras la policía arrojaba gases lacrimógenos, bombas aturdidoras y bombas de humo. La policía detuvo al menos a diez personas, entre ellas un concejal de St. Louis y dos periodistas. Pero anoche el estado de ánimo era menos tenso luego de que el gobernador de Missouri, Jay Nixon, pusiera a Ron Johnson, capitán afroestadounidense de la patrulla caminera, al frente de la seguridad en Ferguson. Johnson marchó con los manifestantes y ordenó [a la policía] que no se usaran los pertrechos antidisturbios. Desde St. Louis se comunica con nosotros la reverenda Renita Lamkin que fue alcanza por una bala de goma de la policía el miércoles mientras participaba en la protesta y Patricia Bynes, miembro del comité democrático de la municipio de Ferguson.