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El sábado, miles de personas marcharon en Staten Island, Nueva York, en señal de protesta por la muerte de Eric Garner, producida el 17 de julio cuando la policía le colocó una llave de estrangulamiento y luego lo tiró al piso. En la marcha, los manifestantes cantaban “¡No puedo respirar”, en referencia a las once veces que Eric Garner dijo eso mientras los agentes del Departamento de Policía de la ciudad de Nueva York lo sujetaban en el piso. Muchos pidieron un juicio a los agentes. La muerte de este hombre afroestadounidense de 43 años de edad, padre de seis niños, desató un amplio debate a nivel nacional acerca del uso de la fuerza excesiva y la política de reprimir delitos menores por parte de dicha institución. También se produce en momentos en que las manifestaciones han surgido en todo el país por otros casos en que la policía mató a hombres que iban desarmados. Los manifestantes de Staten Island cantaban “Arriba las manos ¡no disparen!” en solidaridad con la gente de Ferguson, Missouri, que se está manifestando contra el trágico ataque de la policía a Michael Brown, un joven de 18 años. “Necesitamos demostrarle a la comunidad que estos agentes de policía deben ser disciplinados y deben ser condenados por todo lo que provocaron”, afirma Imani Morrias de 12 años de edad. “Provocaron muchísimo dolor”.