El presidente Obama ordenó una investigación, dirigida por la Casa Blanca, de los programas federales que financian y distribuyen equipamiento militar a las policías locales y de los estados. Obama mencionó su preocupación por el uso de dicho equipamiento durante los recientes disturbios en Ferguson, Missouri, tras la muerte de Michael Brown a manos de la policía. Uno de los camiones blindados de marca BearCat usado durante las protestas fue pagado con $360 mil dólares en subsidios del Departamento de Seguridad Nacional. Según datos del Pentágono publicados por el periódico New York Times, los departamentos de policía recibieron decenas de miles de ametralladoras durante el gobierno de Obama, junto con casi doscientas mil cargas de municiones, miles de elementos de equipo de camuflaje y visión nocturna y cientos de silenciadores, autos blindados y aviones. Gran parte del equipo es usado por los equipos SWAT de la policía para realizar lo que equivale a ataques paramilitares a viviendas de particulares. Un nuevo informe de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) examina más de 800 de estos ataques y encontró que solo el 7 por ciento fueron para emergencias genuinas. Casi el 80 por ciento fue usado para realizar tareas de seguridad rutinarias, como cumplir órdenes de registro en casas particulares. Nos acompaña Kara Dansky, asesora de ACLU y autora del nuevo informe de esta organización “The War Comes Home: The Excessive Militarization of American Policing” (La guerra llega a casa: la excesiva militarización de la policía estadounidense).