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Dos medio hermanos afroestadounidenses han sido exonerados de los cargos de violación y asesinato, después de pasar más de 30 años tras las rejas en Carolina del Norte. En 1984, Henry Lee McCollum y León Castaño fueron declarados culpables de la violación y el asesinato de una niña de 11 años. No había evidencia física que los vinculara al crimen, pero la policía se basó en sus confesiones, que McCollum y Brown siempre denunciaron que fueron obtenidas bajo coacción. En ese momento, la policía no procedió en la investigación sobre otro hombre, Roscoe Artis, que vivía cerca de la escena del crimen y había confesado su culpabilidad en un caso similar de violación y asesinato sucedido en la misma época. El mes pasado, después de tres décadas, hubo un avance fundamental en el caso, cuando la Comisión de Investigación de Inocencia de Carolina del Norte encontró el ADN de Artis en la escena del crimen. El martes luego de una audiencia con la presentación de esta nueva evidencia, los dos hermanos fueron declarados inocentes y se ordenó su liberación. Durante años, los partidarios de la pena de muerte han mencionado este caso para promover la implementación de la pena capital. En 2010, el partido republicano de Carolina del Norte utilizó la foto de la ficha policial de McCollum en sus afiches de campaña. En 1994, el juez de la Corte Suprema de Justicia Antonin Scalia señaló a McCollum como un ejemplo de lo justa que es la demanda de pena de muerte. Tenemos dos invitados: Vernetta Alston, integrante del equipo leal que representa a Henry Lee McCollum y abogada del Center for Death Penalty Litigation (Centro para el litigio en casos de pena de muerte) y Steven Drizin, profesor de la Escuela de Derecho de Northwestern y vicedecano de la Clínica Legal Bluhm, donde durante más de una década fue director legal del Centro sobre Condenas Injustas.