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El presidente Obama acaba de lanzar una iniciativa para que el congreso y los ciudadanos de su país apoyen la ofensiva contra el grupo combatiente Estado Islámico. Obama tiene previsto reunirse con el congreso el martes y dar un discurso a todo el país el miércoles. Estados Unidos afirma que conducirá la ofensiva contra el grupo Estado Islámico con la “coalición internacional” formada por diez países. La Casa Blanca afirma que la lucha podría durar hasta después del final de la presidencia de Obama, que termina a principios de 2017. Mientras tanto el domingo, los ministros extranjeros de la Liga Árabe se reunieron en El Cairo y anunciaron que cooperarían con los esfuerzos para luchar contra los combatientes que tomaron partes de Irak y Siria. Su resolución no apoyó de manera explícita la campaña de EE.UU. contra Estados Islámico, pero sugirió que apoyaría el esfuerzo.
Nos acompaña Rami Khouri, director del Instituto Issam Fares para Políticas Públicas y Relaciones Internacionales de la Universidad Estadounidense de Beirut y editor del periódico The Daily Star con sede en Beirut. “Combinar el militarismo estadounidense con las dictaduras árabes es quizás la receta más estúpida que se le puede ocurrir a alguien para tratar de luchar contra los movimientos yihadistas como al-Qaeda, Estado Islámico y otros”, afirma Khouri. “Fue esa combinación de autocracia árabe y militarismo estadounidense la que en realidad nutrió y permitió que estos movimientos se expandieran”.