Una extensa huelga de hambre se está llevando a cabo en lo que alguna gente está llamando “el Guantánamo del Pacífico”. El centro de detención de la Isla Manus es financiado por el gobierno australiano y administrado por la empresa australiana Transfield Services, pero está ubicado en territorio de Papua Nueva Guinea. Los reclusos de este centro no están acusados de ningún delito sino que son solicitantes de asilo político, provenientes de diferentes países devastados por la guerra, que están esperando indefinidamente que se les otorgue el estatus de refugiados. En este momento, se están manifestando para pedir a la ONU que intervenga contra el plan del gobierno australiano de reubicarlos en Papua Nueva Guinea, donde dicen que estarían más expuestos a persecusiones. Algunos se han atrincherado detrás de los altos alambrados del centro de detención; otros están recurriendo a medidas cada vez más drásticas, como beber detergente, tragar hojas de afeitar e incluso coserse la boca, como formas de protesta por su confinamiento. Hablamos del tema con la abogada australiana de derechos humanos Jennifer Robinson y con la cineasta Alex Kelly, que se dedica a filmar sobre temas de justicia social y ha organizado en la ciudad de Nueva York una vigilia en solidaridad con los detenidos Manus Island.