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El número de muertos por la violencia en Israel y los territorios ocupados aumentó con nuevos ataques palestinos con arma blanca y una mayor represión israelí. El domingo, un atacante identificado como un ciudadano israelí de origen árabe de 21 años de edad apuñaló a un soldado israelí hasta matarlo y luego abrió fuego en una estación de ómnibus en Beersheva, dejando un saldo de diez personas heridas. El atacante fue abatido. Luego, en un aparente caso de discriminación racial, un grupo de soldados y transeúntes le dispararon a un hombre eritreo y lo golpearon hasta matarlo, al pensar —equivocadamente— que se trataba de un segundo atacante. Después de sellar los barrios de Jerusalem ubicados en el este la semana pasada, Israel está aumentando su represión a los residentes árabes y siguiendo las operaciones militares en toda Cisjordania y Gaza. La ONU dijo que la semana pasada fue la peor para los palestinos de Cisjordania e Israel en diez años, al plantear preocupaciones “por el uso excesivo de la fuerza y las violaciones al derecho a la vida y la seguridad de la persona”. Nos acompañan dos invitados: Jamil Dakwar, abogado palestino de derechos humanos con ciudadanía israelí y Nathan Thrall, analista de la organización International Crisis Group, cuyo artículo más reciente para el periódico New York Times se titula “Mismanaging the Conflict in Jerusalem” (El mal manejo del conflicto en Jerusalem).