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Después de 5.000 días, la pesadilla del último preso británico en Guantánamo podría estar llegando a su fin. Estados Unidos anunció el mes pasado la liberación de Shaker Aamer, encarcelado en Guantánamo desde febrero de 2002, sin proceso judicial en su contra. Aamer afirma que estaba haciendo trabajo voluntario en Afganistán cuando fue secuestrado y entregado a las fuerzas estadounidenses. Shaker sostiene que durante el tiempo que estuvo en cautiverio fue sometido a diferentes maltratos, tales como la tortura, los golpes, la privación de sueño y haber estado en confinamiento solitario durante casi un año. Llegó al punto de perder la mitad de su peso corporal en una huelga de hambre. La liberación de Aamer fue aprobada en el 2007, pero el Pentágono se negaba a dejarlo salir. El mes pasado, el gobierno estadounidense anunció que finalmente sería puesto en libertad, pero todavía tenía que esperar el período de notificación de 30 días requerido por el Congreso. Si EE.UU. efectivamente cumple con el proceso, Aamer podría ser liberado el domingo y trasladado en avión de regreso a Gran Bretaña, donde lo esperan su esposa y sus cuatro hijos. A pesar del anuncio de su liberación, Aamer permanece en huelga de hambre para protestar por la forma en que se lo ha tratado. Hablamos del tema con Clive Stafford Smith, abogado de Aamer y director de la organización jurídica internacional sin fines de lucro Reprieve.
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