El 26 de agosto en Roanoke, Virginia, dos periodistas fueron asesinados a tiros mientras hacían un programa matinal de televisión en vivo, para el canal de noticias local WDBJ. La periodista Alison Parker de 24 años de edad y el operador de cámara Adam Ward murieron después de que Vester Flanagan se aproximara al lugar y empezara a dispararles. Flanagan había sido periodista en dicho canal y había sido despedido hacía dos años. Más tarde Flanagan se suicidó. Fue la masacre número 246 de este año en EE.UU. Apenas poco más de un mes después, un hombre armado, Chris Harper-Mercer, abrió fuego en la universidad Umpqua Community College en la localidad de Roseburg, Oregon, dejando un saldo de nueve muertos; luego se suicidó. Más tarde ese mismo día, en el norte de Florida, un hombre armado mató a dos personas e hirió a otra antes de quitarse la vida. Después, el viernes, una persona murió y cuatro fueron heridas en un ataque en Baltimore, lo que lleva el número total de masacres a por lo menos 296, en lo que va del año. Hablamos con Andy Parker, padre de Alison Parker. Desde su muerte, Parker pidió leyes para el control de armas de fuego más fuertes. Afirma que dedicará su vida a esta lucha.