Relacionado
Por primera vez en tres décadas, un agente de la policía de Chicago enfrenta cargos por homicidio en primer grado en horas de trabajo. El policía blanco Jason Van Dyke fue detenido el martes y está sin fianza por la muerte del joven afroestadounidense de 17 años de edad Laquan McDonald. Hace más de un año, el 20 de octubre de 2014, el agente Van Dyke le disparó a McDonald 16 veces, varias de ellas por la espalda. La policía adujo que McDonald se había abalanzado sobre el agente con un pequeño cuchillo. Pero las imágenes registradas por la cámara del patrullero muestran al adolescente alejarse de dicho auto en momentos en que otro patrullero policial llega a la escena. El video, que no tiene sonido, luego parece mostrar al agente Jason Van Dyke salir rápidamente del auto, apuntar a McDonald con su arma y abrir fuego. El cuerpo del adolescente gira mientras recibe el impacto de las balas y luego cae al piso, donde sigue recibiendo disparos. El agente Van Dyke estuvo con licencia paga después del ataque hasta el martes, día en que fue detenido. Además del fatal episodio de octubre pasado, el agente Van Dyke tenía al menos 18 quejas presentadas en su contra por ciudadanos por uso excesivo de la fuerza, detención ilegal y uso de insultos raciales. Ninguna de estas quejas condujo a medidas disciplinarias. Esta semana la policía de Chicago anunció que también transferirán al bombero Dante Servin, que mató a Rekia Boyd, mujer afroestadounidense de 22 años de edad, en el año 2012. Analizamos los acontecimientos en Chicago con Barbara Ransby, profesora de Estudios Afroestadounidenses, Género y Estudios de las mujeres e Historia en la Universidad de Illinois, Chicago.