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El estado de Pensilvania dio lo que podría ser el primer paso, para cerrar un controvertido centro de detención familiar que albergó a miles de padres e hijos que buscan asilo en EE.UU. Los funcionarios del estado informaron al Centro Residencial del condado de Berks que no renovarán el contrato de quince años porque fue autorizado solo como instalación de cuidado de niños, no como centro de detención de familias. La cárcel de Berks es parte de la política de “detención como disuasión” del gobierno de Obama, que encierra a quienes buscan asilo en lo que los analistas denominan “semillero de deportación”. Escuchamos a Renée Feltz, corresponsal en temas de justicia penal de Democracy Now!, que estuvo en las instalaciones del condado de Berks.