El alcalde de Flint, Michigan, ha declarado el estado de emergencia en la ciudad para hacer frente a la intoxicación por plomo causada por el suministro de agua. El año pasado, el gestor de emergencias de la ciudad —cargo no elegido democráticamente— decidió dejar de usar el sistema de Detroit como fuente de agua para abastecer a la ciudad y pasar a obtener el agua del históricamente contaminado río Flint, con el objetivo de ahorrar dinero. Un estudio publicado en septiembre señala que, en Flint, la proporción de niños menores de cinco años con altos niveles de plomo en la sangre llegó a casi el doble después de esta medida. Pobladores de Flint presentaron una demanda federal acusando al gobierno municipal y estatal de poner en peligro su salud al exponerlos a niveles peligrosos de plomo en su agua corriente. Michigan tiene las leyes de manejo de emergencias más drásticas que hay en el país. Estas permiten al gobernador nombrar a una sola persona para intervenir y manejar las ciudades con problemas financieros. Hablamos del tema con el periodista de investigación Curt Guyette de la ACLU Michigan y con Melissa Mays, habitante de Flint. Tanto a ella como a sus tres hijos se les ha diagnosticado envenenamiento por plomo y cobre. Mays ha fundado en Flint, Michigan la organización “Water You Fighting For?” (¿Por qué agua luchas?) que se dedica a la investigación e incidencia en todo lo relacionado con la crisis del agua de la ciudad.