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Analizamos la extraordinaria historia de un padre y su hijo que estuvieron encerrados muchos años en Guantánamo y lo qué pasó con ellos después de ser liberados. Abdul Nasser Khantumani y su hijo Muhammed fueron encerrados en la cárcel de Guantánamo en 2002. Muhammed todavía era un adolescente cuando quedó en custodia estadounidense en 2001. Fue liberado en 2009 y se instaló en Portugal. Su padre se instaló en Cabo Verde casi exactamente un año después. Desde entonces no se pudieron reencontrar. Un nuevo artículo publicado en la revista Harper’s detalla por lo que pasaron estas personas y cómo su relación fue usada en Guantánamo: “Quienes hacían los interrogatorios pronto supieron que la proximidad a Abdul Nasser era un ‘bienestar’ que podían manipular para tratar de hacer que Muhammed hablara. Después de que Muhammed decidiera no cooperar, lo trasladaron como forma de castigo. Pasaron años hasta que escucharon sus voces de nuevo”. Nos acompaña Pardiss Kebriaei, abogada del Centro para los Derechos Constitucionales que representa a Abdul Nasser Khantumani y su hijo Muhammed desde 2008. Su artículo para la revista Harper’s se titula “Life After Guantánamo: A Father and Son’s Story” (La vida después de Guantánamo: la historia de padre e hijo).