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Analizamos el caso de Frederic “Rick” Bourke, considerado un denunciante después de ser detenido y mandado a la cárcel por dar a conocer la corrupción y el soborno en la región petrolera del Mar Caspio. Bourke es conocido como fundador de la lujosa empresa de carteras de mano Dooney y Bourke y filántropo que invirtió su riqueza en proyectos que buscan nuevas formas de cura del cáncer. A mediados de la década de 1990, conoció al ciudadano checo Viktor Kozeny que buscaba inversores para comprar SOCAR, la empresa petrolera propiedad del Estado de Azerbaiyán. Los inversores serios verificaron la oportunidad y destinaron enormes cantidades de dinero a la empresa, entre ellos nuestro invitado, ex líder de la mayoría en el senado de EE.UU., George Mitchell. Pero la inversión fracasó y Kozeny nunca fue castigado. Cuando se le consulta si Bourke debería ser exonerado, Mitchell responde “Creo que ni siquiera debería haber sido condenado”.