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Más de cuatro décadas después del tristemente célebre motín en la prisión de Attica, analizamos las terribles condiciones que se viven en esta cárcel de Nueva York donde, en el año 2011, un preso casi muere por los golpes de tres de los guardias. Los guardias fueron demandados judicialmente por el ataque, pero justo antes del inicio del juicio los tres se declararon culpables de un delito menor y evitaron así pasar tiempo en la cárcel. Es la primera vez que un guardiacárcel de Nueva York fue objeto de una demanda penal por agredir a un preso (sin incluir casos de violencia sexual). Y es también la primera vez en la historia del estado que un guardia haya declarado culpable de agredir a un preso sin autorización mientras estaba de servicio. Hay más de 2.200 hombres encerrados en Attica y las denuncias de violencia de parte de los guardias han aumentado un 25% en los últimos cuatro años. Esta prisión de máxima seguridad cuenta con pocas cámaras de seguridad y, según los fiscales del caso, esto ha permitido que los guardias y los presos recurran a la violencia. Quienes cuestionan sus condiciones de funcionamiento han pedido en varias oportunidades el cierre de la prisión. Tratamos el tema con el periodista Tom Robbins del Proyecto Marshall, cuya investigación sobre el juicio a los guardias fue publicada en colaboración con The New York Times, y con el ex preso de Attica Antonio Yarbough, que estuvo detenido 20 años por un triple asesinato, del que fue exonerado el año pasado.
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