Hace cuatro meses, Samuel Harrell murió en el Correccional de Fishkill de Nueva York. En ese momento, las autoridades afirmaron que Harrell, un preso afroestadounidense con un trastorno bipolar, pudo haber muerto por una sobredosis de marihuana sintética, conocida como K2. Pero el informe de la autopsia, obtenido recientemente por el periódico The New York Times, determina que la muerte de Harrell fue un homicidio causado por un “altercado físico con oficiales de la prisión”. De acuerdo con las entrevistas realizadas por The New York Times, Harrell murió después de recibir patadas y puñetazos de hasta 20 guardias de la prisión, que además lo arrastraron por las escaleras estando esposado. Algunos de estos oficiales eran conocidos en la prisión como el “Escuadrón de la paliza”. Después del hecho, los oficiales llamaron a una ambulancia y dijeron al equipo médico que Harrell pudo haber tenido una sobredosis de marihuana sintética, conocida como K2. Harrell murió esa misma noche en un hospital cercano. Tratamos el tema con Michael Schwirtz, del periódico The New York Times.