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La campaña para la elección de presidente 2016 se está convirtiendo en la más cara de la historia. Expertos afirman que candidatos, partidos y grupos externos podrían gastar unos $10 mil millones de dólares en la campaña. Un análisis reciente realizado por el periódico New York Times muestra que son menos de 400 las familias responsables de casi la mitad del dinero reunido hasta ahora. La mayor parte de los $388 millones reunidos hasta ahora fueron destinados a los comités de acción política, que pueden aceptar donaciones destinadas al apoyo de los candidatos. Según el Times, la red política controlada por los multimillonarios conservadores Charles y David Koch planea gastar cerca de $900 millones de dólares en la campaña 2016. Esa cifra supera ampliamente la cantidad que el Comité Nacional Republicano y los dos comités de campaña del partido gastaron en la elección de 2012. Mientras tanto, Hillary Clinton se fijó un monto de recaudación de $2,5 mil millones de dólares. Hoy nos acompaña un profesor de abogacía que considera competir contra Hillary Clinton en las primarias demócratas. Su plataforma es simple: excluir el dinero de la política. El profesor de Harvard Lawrence Lessing afirma que si gana, solo sería presidente hasta que se aprueben amplias reformas sobre la financiación de las campañas electorales. Después, afirma, renunciaría.