El líder del Partido Democrático Popular de Turquía acusó a las autoridades de dicho país de empujar el país hacia una guerra civil antes de las elecciones de noviembre. Durante la semana pasada, más de cien oficinas del partido opositor fueron atacadas. Muchas fueron incendiadas. La oficina del periódico independiente Hurriyet también fue atacada en Estambul. Mientras tanto, la ciudad de Cizre, de mayoría kurda, sigue bajo toque de queda de 24 horas. Los residentes denuncian estar en una crisis humanitaria por la falta de agua y alimentos. Las tensiones en Turquía empezaron a aumentar en el mes de junio, cuando el partido gobernante, el Partido de Justicia y del Desarrollo, perdió la mayoría parlamentaria en una gran derrota para el presidente Recep Tayyip Erdogan. En julio, Turquía empezó ataques aéreos contra los campos dirigidos por el Partido de los Trabajadores de Kurdistán, que fue proscripto, en el norte de Irak. La lucha destruyó el proceso de paz iniciado para poner fin al conflicto que se cobró más de 40 mil vidas desde 1984.