El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, exige una investigación en torno al ataque a una escuela en Idlib, Siria, que causó la muerte a 26 civiles, en su mayoría niños. El portavoz de Ban Ki-moon dijo que el ataque podría constituir un crimen de guerra.
Stéphane Dujarric expresó: “El secretario general exige una investigación inmediata e imparcial de este y otros ataques similares contra civiles en Siria. Si tales actos abominables persisten a pesar de la indignación mundial, es en gran medida porque sus autores, ya sea en los corredores del poder o en los reductos insurgentes, no temen a la justicia. Hay que demostrarles que están equivocados”.
El Ministerio de Defensa de Rusia negó que sus aviones de combate fueran los responsables del ataque y publicó imágenes de aviones no tripulados que, según este ministerio, aseguraban que la escuela no había sido atacada desde el aire y acusó al Observatorio Sirio por los Derechos Humanos y a la Red de Defensa Civil, o “cascos blancos”, de difundir propaganda. En Washington, un portavoz de la Casa Blanca dijo que los culpables eran aviones de guerra sirios o rusos.