El domingo, el director del FBI, James Comey, dijo que Hillary Clinton no enfrentará cargos por los correos electrónicos de su servidor privado descubiertos recientemente. De esta manera puso fin a nueve días de especulación que sacudieron la campaña electoral y amenazaron la candidatura de Clinton para la Casa Blanca. En una carta a los legisladores, Comey dijo que no modificaría la decisión que tomó en julio, cuando sostuvo que Clinton había sido “descuidada” en el manejo de materiales clasificados, pero que no enfrentaría cargos penales. La portavoz de la campaña de Clinton Jennifer Palmieri celebró la noticia del domingo.
Jennifer Palmieri declaró: “Hemos visto la última carta del director Comey al capitolio. Nos alegramos de ver que, tal como nosotros, él ha concluido, como estábamos seguros de que lo haría, que confirma las conclusiones a las que llegó en julio. Y nos alegra que este asunto esté resuelto”.
Es poco probable que el anuncio de Comey apacigüe a los demócratas que le han pedido la renuncia. Ellos acusan a Comey de haber violado la ley Hatch, que prohíbe que los empleados federales influyan en las elecciones.