Human Rights Watch informa de imágenes de satélite que muestran que los militares birmanos arrasaron intencionalmente las poblaciones rohinyás en el estado de Rakhine. Naciones Unidas ha exhortado a la líder de Birmania, Aung San Suu Ky, a intervenir y detener la campaña militar contra este grupo étnico musulmán perseguido durante largo tiempo. La campaña militar reciente presuntamente habría incluido violaciones y homicidios de civiles, así como el uso de helicópteros de combate para abrir fuego contra civiles rohinyás. Toda la zona ha sido sellada por una orden militar con el fin de evitar el ingreso de trabajadores de ayuda humanitaria y periodistas. Al menos 10.000 rohinyás se han visto obligados a huir a Bangladesh para escapar de la violencia, mientras que otros han huido a campamentos de refugiados cercanos. Estos son dos refugiados que hablan desde un campamento en la capital del estado de Rakhine.
Yawzi Rabiegun expresó: “No tenemos nada para comer aquí. Nuestros hijos se mueren. Recibimos apoyo cada uno o dos meses. ¿Cómo podemos sobrevivir?”
Noro Salam declaró: “No tenemos buena atención de salud, dormimos en muy malas condiciones. Hace mucho calor y las calles están en mal estado. No tenemos nada para comer. No queda nada de la ayuda alimentaria que teníamos. Ahora la mayoría de las familias no pueden costearse cocinar arroz”.